Ruido...risas...carreras...según me voy acercando intento descubrir qué es lo que pasa pero sólo alcanzo a seguir caminando. Abro la puerta y todos me miran, pero dura poco, cada uno vuelve a lo que estaba haciendo...
Pinturas por el suelo, papeles de colores, tijeras, un mural a medio hacer, cuentos de animales, un proyecto, una excursión a la granja...
Dos niñas que me enseñan orgullosas sus colgantes identificativos, otros que organizan los cuadernos para la recogida de datos, y en medio del "caos", la profe, que está pendiente de todo en un segundo plano, me mira y sonríe.
Así empezó mi primer día de prácticas de magisterio en un aula de tres años. Así supe que no quería dedicarme a otra cosa.
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